En el periodo del Porfiriato, se buscó una estabilidad política junto con una mutación entre la economía y la sociedad. Por lo que la acción de Díaz tenía que reforzarse necesariamente utilizando el instrumento de su poder: el Estado. Una vez logrado el orden, el progreso fue el próximo objetivo.
La política porfirista se asemeja a la del "despotismo ilustrado". Las tasas de crecimiento económico en México subieron como nunca antes se habían visto. México era una sociedad completamente en movimiento.